sábado, 8 de octubre de 2016

Los huecos que no quiero entre vos y yo: Montevideo

En el espacio hay conexiones inesperadas. El espacio entre una ciudad y otra es mucho más que un río y mucho menos que el sudor resbalando por la piel, aún esos días fríos y de viento que produce revuelo en nuestras vidas. Algunas vidas están así conectadas, por un sudor que parece un río. No hace falta un beso, quizás apenas tocarse y mirarse, abrazarse fuerte en la despedida, saber que si con muchos estamos muy solos y perturbados frente a una existencia que, sí, brota de su piel como espinas secas, hay otros tan pocos con quienes nos sentimos esa niñita mimada en los brazos de un gigante que nos protege. Eso ví en mi piel estos días, existencias desoladoras y también monstruos protectores que me cobijaron en su medialuz tibia.

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