jueves, 7 de abril de 2011

Profundidad

El mar, en esa costa, es profundo. Dos pasos al interior y uno se podría ahogar, cuando la ola viene y te gira y gira, tan frágil el cuerpo, no sabés lo que es arriba y lo que es abajo, como estar en el espacio, quizás, sin fuerza gravitacional, quizás, como morir, quizás.

Después de todo, hay dignidad, aunque no la haya, aunque sea quizás, quizás, qué concepto inventado para obligarlo a uno a lo que los otros, esa masa nunca definida, quieren que haga para su provecho En fin, existe el concepto, por lo tanto existe la dignidad, cualesquiera cosa que sea según la conveniencia de cada uno, por supuesto.

Todo esto, que es poco, a propósito de un comentario: lindo, bien, perfecto, pero te falta profundidad.

Ya lo sé.

Pero la profundidad es peligrosa, señora, a veces uno se ahoga en esa profundidad.

También es cierto que se puede nadar y desplazar en un ambiente denso que lo sujeta a uno. El peligro siempre está, a la vuelta de la esquina, uno se puede golpear contra un árbol o caerle un vehículo encima, cuando no una bala perdida.

Ya lo sé que me falta profundidad. En todo. Hace años que estoy exactamente en lo mismo, tratando de encontrar esa profundidad. Recuerdo: la cara despectiva de M. Wessely cuando le mostré mis fotos: mismo diagnóstico: perfecto técnicamente, pero ¿qué querés decir? A esto le falta profundidad. Después, me acosté con él (en ese tiempo me acostaba con el que me diera la gana, era tan fácil). Yo no encontré nunca la profundidad en la fotografía.

Y escribir.

Una debería tener el derecho, como mucho otros, de ganarse la vida sólo porque escribe lindo. Punto. No todos podemos, aunque queramos, ser profundos. Al fin ¿por qué no me puedo dedicar a la decoración escritural?

No todos tratan de decir algo profundo cuando hacen un vestido, o un pocillo de cerámica, o una ilustración.

Si vos profundizás, podés brillar, tenés las condiciones.

Me recuerda la fatalidad, mi querido profesor, de mi (su) anunciado brillo. Hace ¿14? años. Algo así ¿qué hice esos 15 años? No brillé. Incluso puede que me haya opacado.

Estoy cada día más fría y menos profunda.

No puedes esperar amor de mi, amor: soy cáscara ¿no lo notaste? Lástima que esta cáscara, como toda, se desgasta, se reseca, se descompone. Después no habrá nada ¿no lo entendés?

Ni profundidad, ni brillo, ni cáscara. Nada.